Conciliar la vida en pareja con los hijos, el pilar básico de la relación.

Conciliar la vida en pareja con la crianza de los hijos, el pilar básico de la relación.

Es muy probable que, si hubiésemos planteado esta cuestión a nuestras abuelas, estas lo hubiesen encontrado ridículo. Hasta hace poco tiempo el único fin de la pareja era la crianza de los hijos. ¡Pareja e hijos eran prácticamente una misma cosa!

Un hijo siempre suma nuevas preocupaciones, alegrías y responsabilidad. Nadie mejor que tu pareja para compartir contigo una etapa tan intensa de la vida. Disfruta de la experiencia sin olvidar reservar algo de tiempo para la vida íntima de los dos.

Sin embargo, los tiempos han cambiado. Hoy en día los noviazgos se alargan, el matrimonio no es más que un mero trámite, las parejas tienen hijos sin estar casadas, la natalidad se ha reducido y lo normal es tener uno o dos hijos (no cuatro, cinco o seis; como era común hace no tanto tiempo). La pareja ha ganado protagonismo y cada día nos preocupamos más por mantenerla viva, por no perder el amor, porque la pasión perdure, etcétera. Queremos disfrutar de nuestra vida en pareja, de nuestra parcela de intimidad conyugal. Pero, ¿cómo lograr todo esto sin restar protagonismo a los hijos?

Cuando la pareja aún no tiene hijos, disfruta de total libertad y establece sus propias normas. En el mundo moderno, es muy frecuente que ambos miembros sean laboralmente activos, tengan una vida social intensa (juntos o por separado), pasen mucho tiempo fuera de casa y viajen con cierta frecuencia (sea por motivos de trabajo o por ocio; con amigos, solos o en pareja). ¿Cómo conciliar esta vida tan activa con el nacimiento y crianza de los niños?

Lo primero y más obvio es que ambos miembros de la pareja tengan claro que desean pasar tiempo juntos y darle prioridad (compartida) a su relación. Hemos de tener muy en cuenta que una relación cordial y cercana entre los padres afectará de forma muy positiva en el desarrollo de los niños.

Es básico no descuidar las actividades en pareja y seguir haciendo cosas juntos, como cuando aún no habían llegado los hijos. Siempre habrá unos abuelos deseosos de quedarse con su nieto una noche, unos amigos que pueden cuidarlo un rato, una prima encantada de hacer de niñera a cambio de una propina o una niñera que se ocupe del niño durante unas horas.

Cuando la pareja aún no tiene hijos, disfruta de total libertad y establece sus propias normas. ¿Cómo conciliar esta la vida en pareja con los hijos?

Desde luego, tampoco hay que dejar de lado las actividades en familia. Siempre que se pueda, es muy recomendable y placentero comer o cenar juntos, compartiendo las vivencias cotidianas del día a día, disfrutando de una charla relajada y cómoda. Por supuesto, la televisión debe estar apagada.

Los fines de semana también son el momento idóneo para dedicar tiempo a la vida familiar o en pareja. Podemos descansar, trabajar en el jardín todos juntos, salir a pasear, hacer una pequeña excursión a la naturaleza, un viaje cultural o una visita al parque de atracciones. Sin duda, tanto padres como hijos disfrutarán mucho de estas actividades en familia. Por la noche, cuando los niños estén acostados, puede ser el momento reservado para pasar tiempo a solas con la pareja.

Un hijo siempre suma nuevas preocupaciones, alegrías y responsabilidad. Nadie mejor que tu pareja para compartir contigo una etapa tan intensa de la vida. Disfruta de la experiencia sin olvidar reservar algo de tiempo para la vida íntima de los dos.

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