Conociendo y manejando los sentimientos del otro podríamos lograr nuestros objetivos si somos nosotras quienes usamos estas estrategias, pero ¿y si son usadas en nuestra contra?

Conociendo y manejando los sentimientos del otro podríamos lograr nuestros objetivos si somos nosotras quienes usamos estas estrategias, pero ¿y si son usadas en nuestra contra?

La manipulación en las relaciones de pareja

Es probable que muchas de nosotras conozcamos a alguna persona que ha tratado de movilizar los sentimientos de otros para conseguir sus objetivos. Por ejemplo, alguna amiga que, con una lagrima vacía y una escena dramática, consigue lo que quiere de su pareja. O amigos: algún chico que expone sus penas y desengaños en diversos contextos buscando la atención de alguien que decida ayudarlo a superar su situación. Y es muy natural que entre nosotras mismas usemos estrategias similares para conseguir lo que queremos, logrando respuestas positivas o negativas de acuerdo a la efectividad de la estrategia o la capacidad de elección  del otro; pero casi siempre con el fin de controlar la respuesta de alguien en función de las propias exigencias.

Si pensamos un poco en ello, conociendo y manejando los sentimientos del otro podríamos lograr nuestros objetivos si somos nosotras quienes usamos estas estrategias, ¿y si son usadas en nuestra contra?

¿Cómo podemos detectarlas y evitar ser víctimas de la manipulación?

Muchas de nosotras conocemos relaciones de pareja que se han visto envueltas en una serie de vicios y estrategias que a veces atentan contra la capacidad de elección del otro. Hallamos mujeres que aceptan los celos o el maltrato de su pareja bajo la justificación de que él ha sufrido mucho o su infancia fue complicada, mujeres que acceden a iniciar una relación de pareja solo para evitar que el otro sufra por un desengaño anterior e incluso hoy en día hay quienes acceden a la intimidad bajo el absurdo pretexto de “la prueba de amor”. Estos son sólo algunos ejemplos de lo cotidiano que se ha vuelto el manipular o ser manipulado por otros en la actualidad.

Al principio todo parece ir bien: quien manipula se muestra atento y compresivo con nuestras necesidades. Parece escucharnos y brindarnos un apoyo cuando más lo necesitamos, seduciéndonos hasta confiar ciegamente en él. Luego, como si se tratara de un cobro de favores, el manipulador cambia los roles y nos empuja a una carrera de exigencias que debemos cumplir en agradecimiento por los favores concedidos, haciendo eco de nuestros buenos sentimientos para aprovecharse en su beneficio, bloqueando nuestras posibilidades de negativa usando frases como “si vieras todo lo que he hecho por ti”, o “si supieras todo lo que he sufrido”.

Cuando pensamos en esta realidad en el entorno de pareja, cuesta mucho diferenciar cuales son las intenciones sinceras y cuales requieren de nuestra buena fe para aprovecharse en su beneficio. Para evitar esta situación debemos apelar a nuestra capacidad de autocrítica y preguntarnos si lo que hacemos por los demás es por decisión personal o por la imposibilidad de decir que no ante sus argumentos afectivos. También debemos comenzar a poner límites y comunicar sutilmente que no queremos realizar tal o cual acción. Si estamos frente a un verdadero manipulador, este ante los indicios de negativa se irá en busca de alguien más para manejar a su antojo; si se trata de una persona sincera probablemente aceptará y respetará nuestros límites.

¿Deseas más información?

Supermujer es la primera organización sobre información en materia de desarrollo, motivación, y superación personal para la mujer. Completa el siguiente formulario para recibir totalmente gratis la información sobre nuestros artículos, publicaciones y seminarios en tu ciudad; y si quieres hacer una primera consulta personalizada, puedes enviárnosla aquí.

[grwebform url=»http://app.getresponse.com/view_webform.js?wid=8517202&u=L5kU» css=»on»/]

Comentarios

comentarios

Terapia Online